La industria más importante del cine y la televisión se encuentra en la UCI, totalmente parada. Comenzaron los escritores y guionistas, pero en las últimas horas se han unido los actores, un total de 160.000. Lo hacen por primera vez desde 1960, cuando Ronald Reagan lideraba el sindicato y puso en un aprieto a los productores. Su peso vuelve a ser fundamental.
Todos luchan, desde hace semanas, por la renovación de un convenio que no termina de salir y que negociaba un nuevo contrato con la Alianza de Productores de Cine y Televisión para mejorar sus condiciones. Aseguran que “estudios y streamers han introducido cambios unilaterales masivos en el modelo de nuestra industria, a la vez que insisten en mantener congelados nuestros contratos”.
Multitud de rodajes se han quedado colgados sin terminar grabaciones de series o películas. Tampoco habrá premieres ni los actores promocionarán aquello que ya se haya finalizado. Los retrasos en las entregas están garantizados. Hollywood está patas arriba.
Guionistas y escritores aseguran en un comunicado: “Sentimos que nuestros salarios, nuestra libertad creativa y el poder de nuestro sindicato se han visto socavados en la última década”. Culpan de su situación a AMPTP que engloba a Amazon, Apple, Disney, NBCUniversal, Netflix, Paramount, Sony y Warner Bros. Discovery.
Los productores aseguran que sí han ofrecido una subida de salarios y además, algo que les está dando muchos dolores de cabeza a los actores, les han ofrecido protección ante la Inteligencia Artificial y sus imágenes digitales, pero o no es verdad, o no lo consideran suficiente. La AMPTP lamenta que actores y guionistas hayan dejado la negociación y estos se quejan de que las empresas se negaban a tratar algunos temas y en otros daban largas.
A pesar de que están condenados a entenderse, la situación no es fácil y todo apunta a que se puede alargar en el tiempo.