“El dial del destino” es la última película, la quinta, de una saga que se inició en 1969. Harrison Ford está maravilloso, como siempre, a pesar de sus más de 80 años, igual que el resto del reparto, que cuenta con algunos de los actores míticos a los que se suman Phoebe Waller-Bridge y Antonio Banderas en un papel clave de la aventura.

Ha pasado más de medio siglo desde la primera vez que vimos al veterano Ford en la gran pantalla, pero su último trabajo no defrauda, y aunque su imagen, tocada por ordenador, dista mucho del joven actor que protagonizó “En busca del arca perdida”, sigue manteniendo atractivo y por supuesto, talento.

Ambientada en 1969, la película mantiene su mítica banda sonora, que consigue que sus seguidores retrocedan en el tiempo. El film llega con la misma fuerza de siempre, derrochando energía y con un Harrison Ford en plena forma lo que esperan los amantes de la aventura.

El protagonista, salvador de reliquias, vuelve a jugarse la vida, varias veces durante el film, creando una tensión que no se puede explicar, pero que se disfruta, mientras intenta proteger uno de los tesoros más valiosos de la historia de la humanidad.

Indiana regresa con más años, pero también con más experiencia y nos vuelve a recordar al personaje de las tres primeras películas, las que le dieron su esencia y carácter. Actor y personaje evolucionan en paralelo. Su edad se refleja también en la trama donde Indi está a punto de jubilarse y donde aparece, en ocasiones, como un viejo cascarrabias, algo que ya se intuía en las películas anteriores. Poco queda de aquel joven estadounidense que comenzó haciendo chapuzas en las mansiones de los ricos. Ford vuelve a consolidar su éxito dejando claro por qué es uno de los actores más taquillero del mundo.