La respuesta a esta pregunta es clara y rotunda. Sí puede ser un problema tener tatuajes en exceso o pasarse con la cirugía plástica. No quiere decir que no vayan a trabajar, y es cierto que en ocasiones puede marcar diferencia, pero corres el peligro de que te encasillen en ciertos papeles. No es la única profesión en la que sucede, modelos, altos ejecutivos o en general, personas que tengan un papel de representación, también tienen que tener ciertos límites.
Si un actor lleva muchos tatuajes encima se pueden eliminar con maquillaje, en el mercado los hay excelentes, pero la producción tiene que estar dispuesta a gastarse dinero para hacerlos desaparecer y todo depende del momento de la carrera en que estén y si es un papel secundario o protagonista. Es probable que de entrada pueda coincidir más con el perfil del “malote” o la rebelde de una serie o película y no con el que hace de médico o de profesor. Lo mismo sucedería si un actor lleva piercings, dilataciones o rastas… aunque es algo más fácil de solucionar. En cualquier caso no va a ser fácil que puedan interpretar a alguien tímido o con baja autoestima.
Algo parecido puede suceder con la gente que se opera el cuerpo o la cara de manera recurrente, por estética. Hay papeles para los que van a tener más complicado encajar. No hay monjas muy exuberantes y esto es tan sólo un ejemplo porque no siempre se puede tapar el cuerpo con un hábito.
Cuando te operas demasiado la cara o te pones botox o productos similares, también disminuye la expresión, que es muy necesaria en el mundo de la interpretación y puede llegar un momento en el que disipe la edad y esto también es una complicación a la hora de acoplar un papel.
Lo de pintarse el cuerpo y tocarse la cara recordemos que es una moda, y como todas las modas, pueden cambiar y lo que hoy supone ir a la última, mañana puede estar fuera de onda. Sin embargo hay otra opción en estos casos y es darle la vuelta a la imagen y convertir estos “rasgos distintivos” que han sido elegido, en un sello de identidad y fortalecerlos.
En caso de ser ya un actor reconocido la cosa cambia. Ellos tienen mucha más libertad a la hora de pintarse el cuerpo, aunque no tanto a la hora de hacerse cirugías. Hay muchos casos en los que se tatúan el recuerdo de algún rodaje. Hay muchos ejemplos, como el de Maisie Williams y Sophie Turner, actrices de Juego de tronos, que se tatuaron la fecha en la que comenzó el rodaje. También el actor Tom Holland, protagonista de Spider Man, se tatuó una araña. En la mayoría de las ocasiones son dibujos discretos.
Lo normal es que si en un rodaje no cuadra un tatuaje, se elimine. Recientemente el actor Álvaro Mel, protagonista de ‘Un cuento perfecto’ ( Netflix ) tuvo que modificar parcialmente uno de sus dibujos, que mostraba el rostro de ‘Sin Cara’, del japonés ‘El Viaje de Chihiro’, para evitar posibles problemas de derechos.
Es cierto que nuestro físico, nuestro cuerpo, con o sin tatuajes, forma parte de nuestra personalidad y esta uno de los rasgos más importantes para trabajos como el de actor pero hay que tener en cuenta que cada dibujo o cada retoque estético cuentan de cara a un futuro.